La implementación de la inteligencia artificial (IA) en la educación superior está transformando profundamente las experiencias de enseñanza y aprendizaje. Abre un abanico de oportunidades, pero también plantea desafíos y preocupaciones. Aspectos como los dilemas éticos, los sesgos en la toma de decisiones y la correcta generación de prompts emergen como cuestiones clave que deben ser analizadas y comprendidas para asegurar un uso responsable y eficaz de la IA.