El comienzo
r de 1983 y dentro del plan de estudios 222 se comenzaron a dictar dos asignaturas relacionadas con la computación: Datos I y Datos II, como materias dentro del plan de grado para los Contadores y Licenciados en Administración, situación vigente en nuestros días.
La evolución tecnológica no nos permitió parar.
La evolución tecnológica no nos permitió parar.
En la década de los `80 nuestro Centro de Cómputos siguió siendo el pionero dentro de la Universidad Nacional de Córdoba. Primero fue el embrión a partir del cual se desarrolló el centro de Cálculo: un gran Centro de Cómputos de la Universidad, hoy desaparecido. Luego reemplazó a la ¨Porota¨ por la novísima Digital Vax 730 (1984/5), por entonces envidia de todos los centros de investigación de la Universidad. A partir de la instalación de la Vax los investigadores contaron con terminales en sus propios lugares de trabajo desde las cuales procesar los datos y la facultad contó con mejores instrumentos para administrar sus sistemas y los alumnos comenzaron a practicar con programas directamente en la computadora.
La revolución de los PC no nos dejó indiferentes y un año después se creó un Gabinete de Trabajos Prácticos con 8 PC Tandy 1000. Estos primitivos PC contaban con dos disqueteras pequeñas y solo permitían trabajar con muy pocas herramientas pero fue el primer eslabón para que los docentes y estudiantes tomaran conciencia de la potencialidad de herramientas tales como hoja de cálculos, procesadores de textos, graficadores etc.
La posibilidad de utilizar estas herramientas de productividad en los PC hizo adaptar la metodología de trabajo de las materias Datos I y Datos II cuyos contenidos se adaptaron rápidamente a los recursos disponibles.
Como evolución lógica una vieja aspiración del Centro de estudiante fue cristalizada en 1993, cuando se instrumentó un proyecto del Centro de Cómputos de crear Gabinetes de Trabajos Prácticos integrados en una red con servidores NOVELL, Windows NT, Linux y Unix, cuyo equipamiento se renueva periódicamente. La base económica de este desarrollo radica en el sistema de Contribución Estudiantil (ord. 5/90) que permite a través del aporte de $60 anuales por alumno contar con recursos para la inversiones informáticas, entre otras.